lunes, 2 de febrero de 2009

Asunto Urgente de la Capitanía General de Chile

Mi estimado Padre Superior,

Le adjunto una carta que me ha llegado sin dirección desde la Capitanía General de Chile. Aunque el tono del libelo es altamente irrespetuoso, se dan claras referencias a la actuación de varios ministros de la Iglesia, con nombres y apellidos. Antes de referiros este caso, me he documentado a través de nuestras fuentes en Santiago y los hechos, debo decir con tristeza, están comprobados.

Desconozco, Señoría, si el Santo Oficio mantiene una representación en tierras tan alejadas del Imperio, pero insto a Vuesa Merced a que proceda al envío de una Misión desde el Virreinato del Perú, donde encontrará sin duda los integrantes necesarios para esclarecer este ponzoñoso asunto.

Si los hechos son demostrados, debemos actuar de oficio y amonestar al Presbítero cuestionado y a cuantos le apoyaran en el Cabildo de la Catedral de Santiago, pero debemos ser aún más diligentes para encontrar a los redactores de este libelo y que sean procesados por semejante infamia, sea o no cierta. No podemos correr el riesgo de que se formen corrillos anti-Hispánicos en nuestras posesiones más alejadas.

Me despido con Humildad y os reitero la gravedad del asunto,

Manrique Zabala de Arízona, OP.

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Una peculiar situación viven los fieles de la diócesis de Santiago de Chile que frecuentan la misa celebrada por el Presbítero Tisma, en la Iglesia del Nuestra Señora de la Providencia. En efecto, el mencionado sacerdote ha tomado un mes de vacaciones, interrumpiendo la misa en el modo extraordinario y que es seguida regularmente por decenas de personas de toda la ciudad. El problema no radica en que una determinada persona tome vacaciones sino la despreocupación por la atención espiritual de quienes quedaran sin el santo sacrificio de la misa ni demás sacramentos y asistencia espiritual.


El 7 de julio de hace dos años, su santidad promulgo el Motu Propio Summorun Pontificum, en el cual recordaba a la Cristiandad que la misa según el rito codificado por San pio V jamás había sido abrogado es decir nunca fue prohibido por lo que es perfectamente legitimo asistir a esa misa y para los sacerdotes rezarla. Sin embargo una intensa resistencia, por parte del clero ha tenido lugar, en diferentes países quizás en un afán de proteger lo que ellos consideran los frutos del Concilio Vaticano II, a pesar de que la actual misa o Novus Ordo Misae, fue el resultado de una comisión posterior a este, y no del mencionado concilio. Esta resistencia del clero en general y de los obispos en particular ha traído como consecuencia una constante obstaculización de los intentos de los fieles y algunos sacerdotes que querían decir la misa en el modo extraordinario. Así en todo el mundo se genero un constante resistencia recurriendo a variadas estratagemas como escoger iglesias alejadas, horarios complejos, interrupciones arbitrarias que impidieran la continuidad de las misas y por consiguiente el alejamiento de los eventuales fieles.

En la diócesis de Santiago durante el año pasado, se dijo la misa en varios lugares, en uno de ellos el horario era "el tercer sábado del mes a las 15:00 hrs." como se ve, difícil de retener y claramente no se cumple con lo que el papa solicitaba respecto de “dar facilidades a los fieles”. Los dos lugares más notorios fueron la una iglesia de la comuna de providencia en Santiago, cuya misa es organizada por la asociación magníficat, miembro de Una Voce internacional y dirigida por el historiador Julio Retamal F. y otra la parroquia de San Isidro también en Santiago. Esta ultima duró solo un breve periodo tiempo, debido a las reiteradas intervenciones del vicario de la zona centro, el presbítero Francisco Manterola Covarrubias, quien constantemente establecía nuevas exigencias y limitaciones a la realización del Santo Sacrificio de la Misa del modo extraordinario; comenzando por la mañosa interpretación del muy bullado “grupo estable de fieles” mencionado en el motu proprio Summorum Pontificum, y llegando finalmente al colmo de la obstrucción con la exigencia de no retirar la mesa en que se realiza la liturgia ordinaria y que visual y estéticamente se transforma en un obstáculo a la liturgia extraordinaria; debido a esto último es que el párroco cedió a las no muy veladas presiones y las misas dejaron de celebrarse.
Como vemos se trata de viejas triquiñuelas, baratos trucos burocráticos, que fundamentados en la obediencia, derivan en la exigencia, si no se está de acuerdo con una norma se la obstaculiza estableciendo requisitos y condiciones que la norma misma no contempla, con el propósito de hacerla inaplicable en la práctica y obviamente haciendo caso omiso a la muy clara explicita voluntad expresada por el Santo Padre en el Motu Proprio: ¿Qué tipo de obediencia al Papa es esta?

Estas vacaciones denota un inaceptable abandono de los fieles, una total prescindencia del cuidado de las almas que deja bien en claro cuál es la motivación de la existencia de la autorización a este grupo tradicional diocesano, se pudo perfectamente haber buscado a otro sacerdote que hiciera un reemplazo durante el verano, la diócesis cuenta con más de 500 sacerdotes, algunos de ellos capacitados en el modo extraordinario y que gustosos hubiesen aceptado la solicitud de reemplazo aun a costa de su descanso veraniego y solo por amor a la Liturgia .
La única explicación que queda es: que tras esa iniciativa no hay un genuino espíritu de cumplir con la voluntad expresa del Santo Padre; sino que, se usa esta misa, como argumento y justificación para impedir que se establezcan obras apostólicas que se dediquen exclusivamente al modo extraordinario en la diócesis. Con esta Misa la curia de Santiago puede decir a Roma: "cumplimos, la misa en el modo extraordinario se dice en Santiago y estamos cumpliendo a cabalidad con el motu proprio, pero el interés de los fieles es tan bajo que es casi una pérdida de tiempo" tanto es así que el sacerdote a cargo de decir la misa se puede ir de vacaciones con total tranquilidad. ...

Pero dando una mirada más amplia al problema, este trasciende al solo hecho de oír la misa en el modo extraordinario, es mucho más complejo que eso, los fieles del modo extraordinario requieren asistencia constante y vida sacramental, la que solo se puede obtener en el marco de una “Parroquia Personal” (sin importar aquí quien sea el rector de la misma) cosas que la Asociación Magnificat claramente no puede proporcionar por que la curia santiaguina así lo ha determinado, los fieles del modo extraordinario no pueden acceder con facilidad a: bautizos, matrimonios, ceremonias fúnebres, confesiones, confirmaciones, catecismos, primeras comuniones, ni la celebración de la Santa Misa diaria, lo que impide a estos fieles el poder llevar una vida eucarística como sabemos es el deseo de la inmensa mayoría. Vale la pena recordar aquí que el Sr. Cura Tisma además de ser párroco en otro lugar de Santiago, es capellán de un colegio, capellán de La guardia de honor del Sagrado Corazón y además se encuentra muy atareado en la formación de una agrupación sacerdotal que funcionara en los dos modos litúrgicos (autorizada ya por Roma) y otras actividades de las cuales no estoy al tanto en detalle pero sé que existen; de aquí que es comprensible que la acumulación de cansancio durante el año haga perfectamente entendible su derecho al descanso tomando unas merecidas vacaciones.
¿Me pregunto en este punto acaso existe dolo?, claro está que el responsable no es el Sr. Cura Tisma, y surge la interrogante mayor: ¿Dónde encontrar esa asistencia?...y la respuesta viene inmediata

En Las Comunidades "Ecclesia Dei"

El anterior Papa dictó hace ya dos décadas, el Motu Proprio Ecclesial Dei Afflicta, donde se pronunciaba acerca de Monseñor Lefebvre, la fraternidad San Pío X, y los fieles seguidores de la Misa Tridentina o de San Pio V. y que pedía a los ordinarios de cada lugar “dar las facilidades del caso” a los fieles que con legitimo derecho optaban por el modo tradicional de la liturgia, Lo importante es que ese motu proprio da origen a la Pontificia Comisión Ecclesia Dei, cuyo trabajo a lo largo de estos años ha sido acoger a sacerdotes y fieles que por diversas causas abandonaron la Fraternidad San pio X. y los fue reincorporando a la comunión con Roma, con la ayuda de esta comisión surgieron una serie de congregaciones denominadas genéricamente "Comunidades Ecclesia Dei", entre las que se puede mencionar a la Fraternidad San Pedro, La Fraternidad de Cristo Rey Sumo Sacerdote y últimamente al Instituto del Buen Pastor; todas estas tienen en común el uso de la Misa en el modo extraordinario y centran su acción apostólica en la vida parroquial, precisamente lo que en Santiago de Chile los fieles no tienen. Sin embargo no han logrado echar raíces no por falta de interés de los fieles o falta de recursos por parte de las comunidades, sino porque una a una han sido rechazadas por la curia local argumentando el desinterés de la feligresía, sumado a este “factor” de la obstinada y cerrada oposición de los obispos que señalan siempre que la misa es de escaso interés que nadie tiene la cultura que ella requiere y otros burdos subterfugios... incluso se ha dado en otras diócesis la inexplicable reacción de más de algún “ordinario” de manifestar: “Mientras yo sea quien manda en la diócesis, aquí no se dará la misa antigua “y más de algún vicario repite majaderamente una frasecita acuñada hace años en chile: “El Papa manda en Roma, como Roma está muy lejos…Aquí mando yo”.
estos mismos Sres. obispos son los que se reunieron a fines de 2008 con su Santidad Benedicto XVI en Roma, ¿le abran manifestado su aprehensiones en referencia a lo que es su voluntad?, no lo sabemos pero sus actitudes hostiles hacia la tradición nos podría hacer suponer que por lo menos omitieron en asunto.
Y en el intertanto en sus afanes de un mal entendido “ecumenismo”, no trepidan en relacionarse con cuanta denominación incluso no cristiana existe. Se “niega la sal y el agua” a las Comunidades Ecclesia Dei y a la verdadera Tradición mientras se agasaja con verdaderos banquetes, comparte pulpitos y podios con quienes debiesen estar siendo atraídos a La única Verdad existente: La Santa Iglesia Católica.
Estoy cierto de que este articulo ya convertido en un verdadero libelo Acusatorio despertara mas de alguna reacción, esa es la idea, aun se está en situación de corregir esta anómala situación del todo injusta para con la tradición, la que no crece por que al igual que sucedes con las plantas no es regada, y que si aun vive es porque se alimenta del húmedo soplo del Espíritu Santo y del suave roció de la voluntad del Papa.
¿Es tanto lo que se pide?, ¿es acaso tan terrible el querer hacer lo que la Iglesia ha hecho por más de 1700 años?, es impropio el querer practicar una espiritualidad más centrada en el Sacrificio eterno?
La cruel manera en que durante años se ha tratado a muchos sacerdotes los unos deseosos de vestir el uniforme de Cristo, la sotana que tantas gracias trae a los pueblos a no pocos les fue prohibida, a los otros en su mayoría ancianos y enfermos que quisieron perseverar en la forma litúrgica de sus ordenaciones se les relego y muchas veces castigo, solo por profesar un fiel amor a la Misa de ordenación de San Alberto, de profesión de santa Teresita de Los Andes, de beatos y venerables no solo en Chile, de las misiones del matrimonio de nuestros padres, de nuestros bautizos, primeras comuniones, confirmaciones etc. ¿Dónde radica el error?, ¿donde está lo impropio?, Cuál es el delito?.
¿DONDE ESTA LA OBEDIENCIA? …¿QUE FUE DE LA CARIDAD?.
La imperfecta solución que la curia diocesana nos ofrece con la continuidad de Magnificat y la misa del Sr. Cura Tisma, si viene cierto en algo ayuda equivale a dar acceso al enfermo al diagnostico pero no a los remedios.
La opción de Magnificat, claramente se muestra como insuficiente para satisfacer los deseos del Papa y las necesidades de los fieles. La situación que los fieles viven hoy con estas verdaderas "vacaciones del modo extraordinario" justifican plenamente, apelando a la Corrección Fraterna, misma que usara San Pablo con San Pedro en momentos que el Soberano Primer Pontífice se situaba en una posición de mal entendimiento del mandato de Cristo, a exigir a nuestros pastores la pronta rectificación de los errores e injusticias cometidas hasta ahora, y este episodio hace patente la necesidad imperiosa de contar en Santiago a la brevedad con una parroquia dedicada exclusivamente a la Misa en el modo extraordinario y todo lo que el implica, con sacerdotes que puedan dar vida a una de comunidad parroquial, administrando los sacramentos, y realizando la labor apostólica completa, de buena fe y buena gana, y que no se convierta la Santa Misa en objeto de manejo político a exhibir en caso de necesidad para justificar determinadas situaciones, se necesita más que “funcionarios” ejerciendo una obligación de fin de semana, como ocurre hoy en día, necesitamos contar con “Curas de almas” no con vacios eventuales recitales colmados de trapos y humo que entreguen el “Pan y Circo” a las almas para mantenerlas a raya.
Por último y como antecedente no menor a considerar, he sabido por una muy buena fuente que en su momento los encargados de la difusión de los Documentos Pontificios en Chile, consideraron al Motu Proprio Summorum Pontificum como un documento “de poca o nula importancia, razón por la cual no fue ni publicado ni difundido, redundando esto en el más completo y absoluto desconocimiento de esta relevante Carta Apostólica y de las implicancias que conlleva, razón por la cual es legitimo el acudir al argumento de desinterés por parte de los fieles, lógico los fieles no pueden reclamar derechos que no conocen que existen.
Me parece el más brutal acto de obstrucción y desinformación ex profeso que se pueda hacer para entorpecer a la voluntad del Santo Padre.


Pidiendo a la Virgen del Carmen, Reina de la Cristiandad y Generala de los ejércitos de Su Majestad el Rey Carlos, y al Apóstol Santiago Santo patrón de nuestra ciudad que ostenta su glorioso nombre, iluminen las conciencias de las autoridades eclesiásticas de nuestro país, a fin de simplemente “actuar en justicia” y velando por todo el redil que se les ha dado a pastorear no solo por una parte de él.

Marqués Merecedor

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